Fecha
19 noviembre 2021

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“El IPC se dispara”, “Máximos en 29 años”, “El precio de la luz dispara el IPC”, “Nivel más alto desde septiembre de 1992”. Sí, la semana pasada se hizo público el IPC del mes de octubre en España. ¿Los resultados? Un 5,4% superior comparado con hace un año y un 1,8% superior comparado con el mes de septiembre. Pero a nosotros, como ahorradores e inversores que somos, ¿Cómo nos afecta y qué podemos hacer ante ello?

En primer lugar, ¿Qué es el IPC? El índice de precios al consumidor, o más comúnmente conocido como IPC, es un indicador que compara los precios de un determinado conjunto de bienes y servicios, los cuales son consumidos de forma regular por una familia, en un lugar y período concreto.

Al anunciar que el IPC interanual de octubre es un 5,4% superior en España, estamos hablando de que una familia ha tenido que destinar, este mes, un 5,4% más de dinero para poder consumir exactamente lo mismo que hace un año. Entendemos este consumo como bienes y servicios habituales para todos los residentes. Siguiendo el mismo criterio, el gasto para consumir lo mismo que en septiembre, se ha visto incrementado en un 1,8%.

Por lo tanto, podemos afirmar que el IPC es un índice expresado en porcentaje, el cual, en el caso de ser positivo, nos indica que dentro de una economía y en un tiempo concreto, se produce un aumento de precios generalizado respecto a un período anterior. En resumidas cuentas, que existe inflación.

 

¿Y cómo nos afecta a nosotros?

 

El primer efecto que percibimos está en el consumo monetario. Nos vemos obligados a realizar un mayor gasto de capital para obtener los mismos bienes y servicios que hace un año. Eso se traslada en que la utilidad de nuestro dinero se reduce. Y no solo impacta en nuestro consumo diario, lamentablemente también afecta a nuestro salario, ahorro y/o cualquier tipo de renta fija que percibamos.  Sea cual sea la renta percibida, su utilidad pierde valor si todo lo que consumimos de forma habitual ha subido de precio. Así podemos afirmar que, si el IPC ha incrementado, tarde o temprano percibiremos de manera directa o indirecta el efecto negativo en nuestro patrimonio, ahorro y hábitos de consumo.

Seguramente, después de tomar conciencia de lo expuesto, uno empieza a pensar qué puede hacer con su dinero, a preguntarse si el precio de la luz o de la gasolina va a seguir subiendo de manera indefinida, y a cuestionar aspectos que, hasta la fecha, parecían incuestionables.

Independientemente de que este aumento de precios sea o no transitorio, lo más importante es entender la situación en la que nos encontramos, qué podemos hacer con nuestro dinero y la evolución real de nuestro patrimonio/ahorro.

En estos momentos, debemos tener claros dos factores: En primer lugar, hay que ser conscientes que dejar nuestros ahorros en la cuenta corriente o en un depósito con rendimiento casi nulo, es sinónimo de pérdida garantizada de poder adquisitivo.

Lamentablemente, son tiempos difíciles para los inversores más conservadores, que vivían tranquilos con su dinero bajo el colchón y sin necesidad de invertir en activos con mayor riesgo.

En segundo lugar, es importante recordar que lo único que puede hacer frente a este problema es la inversión en activos reales, los cuales son los únicos que tienen la capacidad de trasladar este aumento de precios en futuras rentas más elevadas.

De la misma manera, debemos comprender que la incorporación de este tipo de activos en nuestra cartera de inversiones aportará mayor volatilidad. Esta volatilidad será necesaria para preservar el capital, en términos reales, en el tiempo establecido de la inversión.

El tiempo, en un escenario inflacionista como el actual, no es un buen aliado para los ahorradores que no están dispuestos a correr riesgos. Así pues, nuestra preocupación debería focalizarse en seguir una estrategia óptima de inversión, cuyo objetivo sea el conseguir batir la inflación con la mínima volatilidad posible. Es decir, mantener nuestro poder adquisitivo sin que nuestro patrimonio sufra grandes variaciones.

Para preservar el capital, en Ginvest AM disponemos de Ginvest GPS Conservative, nuestra estrategia más conservadora. A cierre de octubre, esta obtuvo una TIR, desde inicio, de un +2,58% anualizado, con una volatilidad contenida de un 2,38% a 1 año.

Si comparamos estos datos con el IPC de los últimos años, podemos decir de forma satisfactoria, que, desde inicio, nuestra estrategia de inversión más conservadora, hasta la fecha, ha:

  1. Logrado batir el IPC,
  2. Incrementado el valor real y la utilidad del patrimonio inicial de nuestros co-inversores y
  3. Mantenido una volatilidad asumible para un inversor conservador durante el período, gracias a la combinación de activos realizada (distribución objetivo de 20% en renta variable, 70% renta fija y el resto en activos alternativos y/o monetarios).

 

En este contexto, los ahorradores deberían considerar seriamente la inversión, ya que los rendimientos que pueden conseguir manteniendo su postura actual son prácticamente nulos. No dar ese paso condena a los ahorradores a no obtener ninguna rentabilidad del capital ahorrado tras años de esfuerzo y asumir pérdidas prácticamente garantizadas.

Por todo lo anteriormente expuesto, podemos concluir que, en momentos inflacionistas es necesario incorporar la inversión en activos reales a nuestras carteras para optimizar el beneficio y mantener el poder adquisitivo.

 

Puede ampliar la información sobre nuestra estrategia Ginvest GPS Conservative en el siguiente enlace:  https://ginvest.es/conservative-selection/

Fecha
19 noviembre 2021

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