Fecha
1 abril 2023

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En estos tiempos donde todo son noticias catastróficas y apocalípticas cuesta prestar atención a lo que realmente es importante (por lo menos para los mercados financieros). Con el objetivo de esclarecer el devenir de los mercados, presentamos los cuatro indicadores clave sobre los cuales todos los analistas tienen puesta la lupa.

En primer lugar tenemos la inflación, principal protagonista del 2022 y elemento clave a controlar por parte de los bancos centrales. La escalada de precios durante el 2022 llegó a superar el 10% tanto en Europa como en Estados Unidos. Las contundentes subidas de tipos por parte de estos dos agentes ha hecho frenar el ritmo a la inflación però sigue aún lejos de los niveles deseados de entre el 1,5 y el 2%.

¿Por qué la inflación está teniendo un efecto negativo sobre los mercados financieros?

La inflación es el crecimiento del nivel de precios, según los estándares de economía para que la inflación sea “sana” y el crecimiento de la economía crezca en la misma proporción, debe situarse en el rango que hemos indicado previamente. En caso de ser superior, como sucede en la actualidad, significa que nuestro poder adquisitivo disminuye si nuestros ingresos no crecen de la misma forma que lo están haciendo los precios. Para las empresas y los estados, la inflación no es negativa, puesto que el aumento de los precios les reportan mayores ingresos procedentes de sus ventas y mayores ingresos procedentes de la recaudación de impuestos (IVA) respectivamente. Además los estados que están más endeudados también ven como porcentualmente se reduce su deuda sobre su producto interior bruto.

El motivo por el cual la inflación está en el punto de mira reside justamente en la solución que están aplicando los bancos centrales para que esta se sitúe de nuevo en los niveles deseados, que no es otra que subir los tipos de interés, segundo indicador clave a analizar.

¿Qué está sucediendo con el tipo de interés?

El tipo de interés se define como “el precio del dinero” y es una de las principales herramientas que tienen los bancos centrales para controlar la cantidad de dinero en circulación dentro de una economía.

En el transcurso de 2022 se fueron dando una serie de sucesos que cómo muy acertadamente señalaba nuestro director de riesgos en el siguiente artículo, hicieron que la inflación se disparara y ante cada suceso los analistas preveían como las subidas de tipos deberían ser cada vez mayores.

Estas subidas de tipos son las causantes del incremento en las cuotas hipotecarias, así como el encarecimiento de la financiación por parte de las entidades bancarias, que a su vez van a mermar la capacidad de consumo de las familias que dispondrán de menos recursos para consumir.

La disminución del consumo puede llegar a tener afectación sobre el siguiente indicador clave que debemos tener controlado, que no es otro que el “empleo”.

¿Por qué hay que estar pendientes de los datos de empleo?

Últimamente vemos en las noticias como las principales empresas americanas anuncian despidos masivos. Estos despidos son consecuencia directa de la previsión de disminución del consumo. Si las empresas prevén que sus ventas caerán deben ajustar sus costes, en este caso en personal.

El empleo nos indica la cantidad porcentual de personas que trabajan activamente respecto al total de la población económicamente activa.

Si tenemos en cuenta los dos indicadores comentados anteriormente, podemos ver que si la inflación nos encarece nuestras compras y el tipo de interés hace que paguemos más por nuestra hipoteca o que nos cueste más financiar la compra de un vehículo, es de manifiesto la importancia de mantener nuestro puesto de trabajo ante tal escenario.

Los analistas financieros entienden que si la situación laboral de las economías se mantiene fuerte, el impacto de las subidas de tipos será menor, debido a que la población al conservar sus puestos de trabajo podrá seguir consumiendo. Pero a su vez la inflación también se mantendrá y esto podría provocar subidas de tipos adicionales.

Por la parte contraria si el empleo cae, también lo hará el consumo y este será el desencadenante de que caiga también el último de estos indicadores, el crecimiento.

¿Aterrizaje suave, desaceleración, recesión…?

Esta es la pregunta que todos están esperando resolver. El consumo tiene una afectación directa sobre el cálculo del PIB (indicador con el cual se define si una economía entra en recesión).

Cabe recordar que el mercado anticipa lo que posteriormente viviremos en la economía real. Esto se debe a que lo que cotiza en el mercado són las expectativas de beneficios para las compañías, es decir que cuando la expectativa es una bajada del consumo, el mercado tenderá a contraerse y ajustarse a la nueva previsión. Mientras que cuando la caída del consumo se produce finalmente en la economía real, la expectativa es justamente la contraria.

Dependerá de la contundencia con la que caiga el consumo lo que marcará en qué escenario entramos. Los mercados hace más de un año que empezaron las caídas anticipando toda esta situación. Ahora toca a la economía real reaccionar  y revelar el nuevo escenario.

Fecha
1 abril 2023

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