Enero ha sido un mes complejo, influenciado por distintos sucesos. La inflación, las tensiones geopolíticas en Ucrania y las expectativas de subidas de tipos de interés, conllevaron incrementos de volatilidad en los mercados.
Este aumento de los rendimientos del Tesoro de EEUU derivó en:
– Rotación significativa hacia compañías cíclicas y valor, las más beneficiadas en este entorno. Destacar los sectores financieros y energía.
– Caída por valoración de aquellas compañías con mayores tasas de crecimiento esperado en el futuro al ajustar este crecimiento a valor presente.
– La perspectiva de que el efectivo pronto ofrecerá algún rendimiento. Esto podría llevar a una reducción en la compra de deuda pública de alta duración, lo que podría aumentar más los rendimientos del Tesoro de EEUU.
– El mercado de Renta Fija también cayó, ya que los bonos brindan menos protección a las carteras en tipos de inflación.
– Apreciación del dólar ante el incremento de tipos.
Los datos macroeconómicos a ambos lados del Atlántico fueron buenos destacando el alto crecimiento del empleo en EEUU llegando casi al pleno empleo. Únicamente los datos del sector servicios salieron algo más débiles por la afectación de la variante Ómicron.
En cuanto a mercados emergentes, China empezó a mostrar signos de implementar una política más laxa y expansiva después de los problemas en el sector inmobiliario y las nuevas regulaciones anunciadas.
Esperamos un crecimiento moderado, no exento de volatilidad, con una política monetaria que priorizará mantener controlada la inflación y unos fundamentales que seguirán impulsando los rendimientos.