CARTA TRIMESTRAL CUARTO TRIMESTRE 2023
¿Qué ha pasado durante el 2023?
El año 2023 estuvo marcado por la incertidumbre sobre la evolución de los tipos de interés y su afectación a la economía, después de las significativas subidas tanto en Europa como en EEUU que hubo el año anterior.
La persistente inflación, un mercado laboral en niveles máximos en EEUU y, en menor medida, en Europa, sugirieron al principio del año la necesidad de mantener una política monetaria restrictiva, generando preocupaciones sobre el crecimiento económico.
En marzo, el colapso de Silicon Valley Bank en EEUU y Credit Suisse en Europa hicieron saltar todas las alarmas devolviendo la volatilidad a los mercados después de un principio de año más complaciente.
Además, una inestabilidad geopolítica creciente con el conflicto bélico en Ucrania, la guerra comercial entre Estados Unidos y China, los recortes de producción de la OPEP o el conflicto israelí y sus derivaciones, tampoco ayudaron.
Sin embargo, en el último trimestre del año, la publicación de unos datos de inflación mejores de lo esperado y unas declaraciones del presidente de la Reserva Federal norteamericana más complacientes hicieron aumentar las expectativas de recortes de tipos de interés a principios del 2024 y alejaron la perspectiva de un aterrizaje brusco de la economía.
¿Cómo han reaccionado los mercados financieros?
Todo ello se tradujo a los mercados financieros con un comportamiento irregular de los activos financieros hasta el tercer trimestre, cuando el optimismo por la posible baja de tipos y un aterrizaje suave comportaron subidas en casi todos los activos.
En Renta Variable los mercados con mayores subidas en el año fueron:
– Japón con una subida del 32,82% gracias a su descorrelación respecto al resto de mercados. Mantiene un crecimiento estable, una política monetaria ultra expansiva e impulsa medidas de reformas empresariales para favorecer la eficiencia de las empresas.
– EEUU con una rentabilidad en el índice S&P500 del 22,99% liderado por las “siete magníficas” (Nvidia, Meta, Alphabet, Microsoft, Apple, Tesla y Amazon) gracias a la tecnología y a la irrupción de la inteligencia artificial generativa.
En cuanto a la Renta Fija, los tipos de interés elevados fijados por los Bancos Centrales brindaron buena rentabilidad, especialmente en tramos cortos de duración. Además, en el último trimestre, la noticia de posibles bajadas de tipos de interés también conllevó ganancias en los tramos más largos de duración. Cerrando el año con un 4.56% de rentabilidad para la deuda gubernamental y un 6.51% para la deuda corporativa.
Ante este escenario el dólar se depreció un 3,12% en el año.
En este contexto, las rentabilidades acumuladas en el año fueron del 5,04% para el Ginvest GPS Conservative, 9,40% para el Ginvest GPS Balanced, 12,52% para el Ginvest GPS Dynamic y 15,87% para el Ginvest GPS Long Term.
¿Cuáles son las perspectivas para 2024?
Aunque la inflación en Europa y EE. UU. parece haber tocado techo, los bancos centrales tendrán problemas para conseguir alcanzar su objetivo de mantener la inflación al 2%.
La situación geopolítica ha empeorado con la continuación de la guerra de Ucrania, la escalada de violencia en Oriente Medio y las ocupadas agendas políticas con elecciones presidenciales en medio mundo que se perfilan como fuentes de volatilidad adicional.
El riesgo principal que parecen encarar los mercados en 2024, a priori, será en qué grado se ralentizará el crecimiento económico.
En este contexto, desde Ginvest, continuamos estando en fondos de compañías de calidad que inviertan en aquellos sectores estructurales generadores de rentabilidad, independientemente del escenario económico del 2024.
¿Cuáles son las convicciones de Ginvest?
Nuestras convicciones a largo plazo son la disrupción digital liderada por la IA, la desglobalización provocada por la competencia estratégica entre EEUU y China, el incremento de tensiones geopolíticas, la transición hacia una economía baja en carbono y zonas geográficas descorrelacionadas es decir, ajenas al binomio inflación/crecimiento, como serían Japón o Asia.
Además, se han introducido tácticas como invertir en pequeñas compañías o sectores beneficiados por el entorno actual de mercado.
En Renta Fija, ante el incierto panorama económico, por la parte de crédito nos mantenemos en la seguridad relativa ofrecida por la deuda con grado de inversión en lugar de la deuda de alto rendimiento.
En cuanto a duraciones, durante todo el 2023 nos mantuvimos con duraciones elevadas, anticipando bajadas de tipos que comenzaron a materializarse en el tercer trimestre, por lo que decidimos reducirla a finales de año.
El escenario que se proyecta para 2024, con bajo crecimiento económico y con tipos de interés elevados dada una inflación más persistente de lo esperado, es un entorno perfecto para construir carteras diversificadas.
El inversor dispone actualmente de una amplia gama de fuentes de rentabilidad desde la rentabilidad que ofrece la Renta Fija a corto plazo y casi sin riesgo hasta la Renta Fija de mayor duración o crédito en el largo plazo, aumentando el binomio rentabilidad/riesgo con la perspectiva de más largo plazo.
Y, si la estrategia lo permite, posicionándose en Renta Variable ya que los conflictos bélicos, recesiones económicas o cualquier otro acontecimiento negativo generan oportunidades de inversión para aquellos inversores que están dispuestos a asumir la incertidumbre inherente que siempre conlleva el mercado.