Fecha
1 septiembre 2022

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¿Cómo invertir en tiempos de recesión?

¿Cómo podemos afirmar que la economía y como consecuencia la sociedad ha “crecido” o ha “decrecido” fruto de todos cambios sucedidos en los últimos años?

Últimamente, nos encontramos inmersos en una vorágine de noticias que de forma impertinente alteran nuestras vidas y patrones de conducta de forma abrupta y repentina.

Pues bien, estos dos conceptos están estrechamente ligados a lo que conocemos como el producto interior bruto (PIB). En términos económicos, se conoce como crecimiento, la acumulación de dos trimestres consecutivos en positivo, es decir que el valor total del PIB supere el valor del trimestre anterior. Por el contrario, nos encontramos técnicamente en recesión cuando se acumulan dos trimestres consecutivos donde el PIB disminuye.

Si parece que el PIB es un indicador relevante. ¿Cómo se mide? ¿Cuáles son las variables que afectan a su medición?

El PIB se mide según la siguiente expresión:

PIB= C + I + G + X – M

C: Consumo de las famílias
I: Inversión empresarial
G: Gasto pública
X: Exportaciones
M: Importaciones

Como se observa, podemos concluir que el PIB equivale al valor de producción total de un país. A su vez es el término que se usa para medir el tamaño de una economía y determinar si se encuentra en fase de “crecimiento” o “recesión”.

Evaluar las tasas de crecimiento de las economías es una de las principales tareas tanto de la Reserva Federal como del Banco Central Europeo. Pues las decisiones en materia de política monetaria vienen condicionadas por estas tasas. Así se implementarán políticas expansivas para evitar recesiones y políticas contractivas para controlar el crecimiento de la inflación.

Después de un año con una inflación disparada en dos trimestres consecutivos, tanto la Reserva Federal como el Banco Central Europeo han tomado cartas en el asunto, elevando los tipos de interés.

Con estas subidas de tipos, lo que pretenden los responsables de la política monetaria de Estados Unidos y de la Zona Euro respectivamente, es enfriar la demanda de bienes de consumo e inversión con el objetivo de rebajar la presión sobre los precios de los productos y servicios de sus economías incidiendo en la variable que mayor importancia tiene en el cálculo del PIB, que no es otra que la “C”(el consumo de las familias).

Una subida de tipos de interés implica un encarecimiento del precio del dinero y esto tendrá una afectación directa en la renta disponible de las familias que verán reducida su capacidad de consumo.

En este último trimestre, se ha confirmado que Estados Unidos ha entrado en lo que hemos definido como recesión técnica, con dos trimestres consecutivos de contracción de su PIB.

¿Y qué opinan los mercados al respecto?

Como es de suponer una recesión viene precedida por una bajada en los mercados financieros. Resulta evidente como se ha explicado anteriormente que si se reduce el “C” (consumo de las familias), las empresas verán a su vez reducidos sus ingresos y como consecuencia también sus beneficios.

Recientemente hemos vivido recesiones significativas, en el año 2001 como consecuencia del estallido de la  burbuja de  los precios de las acciones tecnológicas. Posteriormente, en 2008 por el exceso de deuda concedido por las entidades bancarias y de manera inesperada en 2020 provocada por la pandemia del covid-19.

Cada recesión acostumbra a estar ligada a un sector concreto que verá gravemente afectado su desarrollo. Y esta es la clave. En momentos de inestabilidad debemos ser capaces de identificar tres posibles comportamientos:

– Sectores que mostrarán mayor sensibilidad o dicho de otro modo, cuáles son las empresas que están cotizando por encima del valor que realmente aportan. Algunas de estas no serán capaces de recuperarse o incluso desaparecerán. Por ejemplo, vemos el caso del sector financiero donde aún a día de hoy lo estamos viendo con las fusiones de algunas de las mayores entidades bancarias derivado de la recesión de 2008.

– Empresas que por el contexto se encuentran infravaloradas en el mercado pero con modelos de negocio sólidos capaces de seguir generando beneficios en el futuro. Si nos remontamos a la crisis provocada por la pandemia durante el 2020, el sector del turismo experimentó un parón obligatorio para de nuevo volver a la efervescencia que estamos percibiendo este mismo verano.

– Empresas con modelos de negocio disruptivos capaces de cambiar incluso nuestros hábitos de consumo. Si volvemos al ejemplo del año 2020, podremos apreciar claramente cómo aquellas compañías que nos aportaban bienestar desde casa en momentos de confinamiento, como Netflix, Shopify, Amazon o Zoom experimentaron fuertes subidas en bolsa.

Para ampliar la información acerca de la valoración de una compañía puede acceder al siguiente enlace ¿Cuánto pagarías por una empresa? Valoración por múltiplos.

¿Cómo debemos invertir?

Como hemos visto en momentos de incertidumbre económica los inversores tendrán que hacer frente al riesgo y a la volatilidad del mercado. Ante este escenario vemos la importancia de contar con un asesor experto que nos pueda orientar y ayude a identificar estas oportunidades y poder aprovecharlas.

Con una buena planificación financiera, una buena composición de activos en cartera y el acompañamiento de un profesional podremos afrontar las recesiones con total tranquilidad.

Fecha
1 septiembre 2022

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